“Metáfora eres de mi vida, hormiga”

Si alguno de ustedes, amables lectores, se espanta de que las mujeres sean “usadas” como “objeto sexual” o de cosas políticamente incorrectas como llamar a la gente de color “negros”, por favor, cierre esta ventana.

Gracias.

Con la experiencia de varios años en esos lugares llegué hasta donde el tipo de la entrada –dos personas, dije y después de la “pequeña revisión” nos llevaron a un enorme sillón semicircular retirado de la pista. A estas alturas uno sabe perfectamente que las mesas de pista son un lujo innecesario (y tortícolis segura) mientras que los lugares con mejor vista son los elevados y relativamente lejos de la pista. Apenas nos habíamos acomodado y ordenado un par de chelas cuando la señorita de los boletos comenzó a sacarme plática; la recordé de aquellos años hasta pasado un rato. Me comentó del próximo aniversario (esa madre cumple ya 9 años y yo iba ahí desde que abrió) de los festejos, de las invitaciones, las reservaciones para esos días, de las novedades en el chow (ahora hay cómicos y djs y banda en vivo) de mis conocidas (que por supuesto ya no están) y así por un buen rato hasta que casi logra aburrirme.

Las primeras en llegar a nuestro sillón fueron una chica de cabello negro a la nuca, enfundada en un body negro de red que dejaba admirar su bien formado cuerpo y unas caderas de muy buen ver coronando unas fuertes y torneadas piernas (seguramente de gimnasio) atractiva por decir lo menos; esta chica fue a sentarse junto a mi primo, que, pa’ decirlo sin tapujos, él si es carita. La otra junto a mi, una flaca sin chiste, ni en el cuerpo ni en la cara, “vestida” con algo que pretendía ser de los años 20 y un sombrerito con tocado. Intentaron la plática, sacarnos algun trago, un baile, en fin, ambas haciendo su trabajo… y ambas terminaron por irse; la mía primero, por supuesto.

La siguiente que se fue a sentar conmigo tenía cierto dejo en el acento de algún país sudamericano, usaba un minivestido negro en perfecta combinación con su cabello y ojazos, todo negro en ella; en general poca producción pero bien realizada. No tenía el cuerpazo (operado) de otras pero tampoco era una sin chiste como la anterior, ademas tenia unas lindas y largas piernas , algo así como la amiga guapa que todos tenemos. Esta SI era agradable; platicamos muy bien de fiestas, de antros, de desveladas; hasta que notó que tampoco iba a sacar nada de mi… y allá va la segunda.

La tercera fue una chica rubia, alta y delgada, nalgas y senos pequeños pero desafiantes, una figura superestilizada con una gran producción que hacia resaltar sus ojos y su carita de covergirl tripleX. Minivestido negro complementado con medias color “natural” y liga negra; la personificación del wetdream de muchos de nosotros, estoy seguro. También se quedó solo un rato mientras platicábamos de cualquier cosa, se despidió y la boletera me miró incrédula como diciendo “¿tampoco?” Me pregunté que seguiría si cada que bateaba a alguien la siguiente estaba mejor.

No me equivoqué. Una negra im-pre-sio-nan-te, el cabello largo y rizado, una cara que no dejaba mentir sus pocos veintitantos. Exhuberante o lo que sigue. Lo que traía puesto no hacía mas que ocultar el cuerpazo que la genética le había regalado, y por si fuera poco, era gentil, amable, agradable y con una linda sonrisa. –¿De dónde eres? –De Santo Domingo, papi. Rachel era su nombre y por poco me convence de gastar unos pesos en una manoseada. Le comenté que hace años ya había pasado por todo esto y que venía en un plan muy tranquilo, que solo traía a mi primo (que en esos momentos se agasajaba a una rubiecita, la 2a que llegó con él) –¡Ay ternuritaaa!- atinó a decir. –Espero para la próxima te animes, y me hizo un guiño -Claro, un gusto conocerte Rachel (and i mean it)

Suficiente para una noche, pedimos la cuenta y el CRM del bule se hizo presente. El mesero llegó sin la cuenta pero con un par extra de cervezas, estaba a punto de hacerle notar que debía existir un error porque nosotros no habíamos pedido nada, excepto la cuenta. –Cortesía de la casa, dijo y nos habló de la membresía VIP (pppfff!) y que como yo había sido “cliente” estaban interesados en conservarme y que regresara pronto. A decir verdad, si conviene la membresía, (y sin costo mano) je! total que disfrutamos de nuestras cortesías y unos minutos más de los performances de las chicas mientras nos daban las membresías.

Un minuto después, al subir otra chica a la pista, la boletera casi me grita: “Mira Dany, como te gustan, ni mandada a hacer para tí” Ah chinga, desde cuando conocen mis gustos aquí. Iba totalmente vestida, de pies a cabeza con un outfit holgado de Bufón en blanco y negro, capucha y antifaz incluídos, que permitían adivinar poco o nada la cara o del cuerpo de la dueña de esas nalgas que se presumían amplias y generosas (sin llegar a ser exageradas)

Poco después el mesero se acercó y me dijo algo parecido “Mire joven, lo que le estaba reservando”. ¿Traigo en la frente una foto de mi tipo de mujer o que chingaos? Cuando el momento del destape llegó no me equivoqué, unas lindas y redondas nalgas en esa amplia cadera, unas piernas al estilo rumbera, piel clara y cabello lacio, castaño, un torso delgado con unas tetas pequeñitas, todo natural en ella. Era algo asi como juntar en una sola mujer la ternura y hermosa sencillez de Deb con el cuerpo de Brianna Love. O para ser mas exactos, algo como Haley Paige (con copa A), yep, algo asi. Me encantó.

Estuvimos unos minutos más mientras bebíamos los últimos tragos de la chela, al mismo tiempo que sonreía por dentro y tenía un momento de iluminación mística. Si no fuera por mi miedo al compromiso alta estima (altísima para un tipo feo como yo) igual ya estaría con la primera o segunda que me hizo ojitos o me dijo muñeco. A estas alturas sigo de necio soltereando; me han dicho cotizado, mamón, “ni que estuvieras de moda” y  algunas otras linduras. No dudo que haya quién piense que me creo una cocacola en el desierto. ¡Meh! Lo cierto es que sí, esto cada vez se pone mejor.

…solo espero que cuando llegue el momento correcto no sea hora de irse también.

Metáfora eres de mi vida, hormiga;
metáfora eres demis ojos tristes.
Buba, José Quintero.