ella conoce mi perversión en una noche larga


Llegamos del festejo a su casa y me ayuda a preparar el sillón que por esta noche será mi cama. Una vez todo listo se tira en él con las piernas sobre el respaldo . Me recuesto sobre su estomago preparandome a ensoñar, la noche ha sido larga y ya es tiempo de descansar. No quiero hablar, solo quedarme recostado esuchando su respiracion hasta que se vaya a su cuarto. Ella me esta explicando sentimientos por los que no le he preguntado. Yo cansado y ella con el mismo choro. No por favor, otra vez no, siempre llegamos a lo mismo. Me incorporo solo un poco como para prestarle mas atención y trato de verla a los ojos. No se que cambia hoy, pero miro su vientre ahí, casi llamandome, le levanto un poco la blusa y paso mis labios suavemente por su piel descubierta, exhalo sobre ella. La piel erizada y un suspiro hacen que por fin deje de hablar.

Voy descubriendo con besos lo que ocultaba la blusa, me muevo lentamente arrastrandola por el sillon para estar mas comodo. No hago esperar las caricias por debajo de su cintura. Sus rodillas se separan diciendome que hacer. Torpemente desabotono su pantalon pero una vez que lo logro casi en el mismo movimiento recorro el cierre hasta el tope.

Observo su piel y sus reacciones. Ella cierra los ojos y no dice nada pero mueve la cadera como hablándome al oído. Deslizo mi mano por entre los pliegues de su pantalon buscando un poco de su calor y al encontrarlo se me humedecen los dedos. Me quedo unos minutos explorando entre su ropa interior y le quito todo lo que interfiere sin siquiera mirar donde cae cada cosa.

Comienzo a besar ese triangulo de terciopelo negro negro y a recorrer su contorno con la punta de mi lengua. Me gusta retardar el momento del primer contacto pero el vaiven de su cadera lucha por precipitarlo. Por fin rozo la entrada de su hueco con la humedad de mi lengua, una vez, dos veces, me retiro y observo, mientras repaso con mis dedos los lugares donde ha pasado mi lengua. Pongo otra vez mi boca y recorro lentamente desde abajo hasta donde se forma ese precioso diamante, lugar ultimo donde me quedo a recrear figuras y ritmos.

Me toma por la nuca, siento sus uñas arañandome, sus manos que me oprimen junto con sus piernas como para no dejarme ir, como si pretendiera alejarme de lo que tanto me encanta, aljerme de ver como un pequeño movimiento mío provoca tantas reacciones; como si todo su cuerpo estuviera concentrado bajo mi lengua.

En un instante sus manos me sueltan para aferrarse al sillon, levanta la cadera y yo fiel la sigo. Solo unos breves segundos. Su cuerpo tiembla. Se retira, se retrae, las piernas juntas y los ojos cerrados.

Abre los ojos, me acerco y le beso la frente.

Sonrío.

4 // comentarios:

Prox! dijo...

Perversiones entre amigos? Na, a eso es a lo que yo llamo "íntimos".

Salu2!

«danito» dijo...

@Prox. Pero ella sigue de necia que no es lo que yo espero. Jojojo. Creo que piensa que ando buscando "mujer" para matrimonio. recontrajojojojojo.

En fin. Debe ser ese instinto que tienen para sentirse menos pecadoras.

Silvia Black dijo...

jajaja lo que tienes que hacer para que deje de hablar!, pues qué tanto dirá?

Unknown dijo...

Voy llegando pero creo que este post se lee mejor siendo mujer.