El verdadero amor dura solo un instante.

La timidez siempre esta a mi lado, como evitando que me acerque a alguien más. Ahora sé que es posesiva y no soporta la competencia. En cuanto se da cuenta de que estoy acompañado opta por abandonarme. Solo es cosa de no prestarle atención.

Y es que ella era tan como me gustan, con esas imperfecciones que la vuelven única, y toda aún por descubrir. Y cuando la timidez me dejó fue como si siempre hubieramos sido sólo ella y yo, como haber estado siempre así, tu y yo.

Me enamore después de esos momentos. O tal vez me enamore porque fue breve, instantáneo, porque nunca se repetirá.

Y recordar cómo respondía a mi toque, a mis dedos por su pierna, al paso de mi lengua. El listón rojo anudado en su tobillo izquierdo; los dedos y la planta de su pie; unos ojos que se cierran y entonces sus párpados; y tu sonrisa que vale mas que un millón de "coges riquísimo".

Trato de recordarla y cada vez la olvido un poco más.

Nunca la volveré a ver.

Soñando nos es dado ejercitar gratis nuestra aptitud para la locura. Sospechamos al mismo tiempo que toda locura es un sueño que se fija.

0 // comentarios: