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Llovió durante la noche y buena parte de la temprana mañana. Una de esas lluvias que arrullan el sueño.
El agua y el viento dejaron regadas por el piso las hojas de los arboles y las calles mojadas. El aire se respira fresco y limpio. Aún hay nubes grises por todo el cielo pero tambien un pequeño hueco por donde se asoma el sol iluminando todo y calentando el día.
Camino hacia la oficina, por sobre las hojas, por la humedad del piso, sintiendo el calor del sol y la frescura de la mañana. Respiro profundo.
Así me gustan los días.
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Casi las 11 de la mañana y apenas voy al trabajo; subo al auto y conduzco solo una cuadra para detenerme en el puesto de tamales.
-Señora, buen día, ¿todavia tiene?
-Si joven, de mole y de dulce
O sea, de ninguno que me guste, eso me pasa por salir tarde de casa, pero tengo hambre por la bendita mini cruda que traigo así que necesito algo enchiloso. Ni modo, me decido
-Eeehm, ps ni modo, deme uno de mole. ¿Ya no tiene verdes ni de rajas, verdad? =(
Aqui la señora seguramente pensó algo como “¡Que no, con tres chingadas, de mole y de dulce nomás!” pero contestó amablemente:
- Uy, no joven, solo mole y dulce
Abre la tamalera, saca un tamal gordo, lo mira, abre la hoja y dice:
- Mire, es verde.
- Ah! pues deme ese =D
- Suertudo usted.
Eso me han dicho
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4 // comentarios:
Que necio, todos dicen que soy...
Me gustó mucho el titulo . . . y la señora de los tamales, seguro que ese tamal verde que le quedaba era para ella y como te vio con insitencia, te lo dio asi como por casualida' . . . eso es lo que sospecho, jajaja
Alguien cogió anooocheeee! TUIIII
De la primera parte, mejor ni digo nada. Pero eso de la "temprana mañana" suena horrendo. Luego te enseño a usar adjetivos ¬¬
De que eres un suertudo, tengo como dos minutos de conocerte y ya te lo dije como cinco veces. Así que eso sólo confirma mi capacidad de observación, ja *le manda un tamal de verde*.
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