“endless tears, forever joy”

Busco en tus palabras alguna frase que me diga qué piensas, que me hable un poco de lo que sientes, –éste pinche ego, ves?-, algo que responda a las preguntas que no me animo a hacerte, preguntas de las que imagino respuestas sólo por lo que adivino en tus ojos. Y aún, pensando tantas preguntas, me muerdo la lengua cada vez: si mañana me quieres, si estas a gusto conmigo, si estaremos juntos, si hoy no te vi, con quien estarás, si te estas divirtiendo, si hay alguien mas… SI…

He aprendido (a razón de descalabradas de corazón) a disfrutar el momento (o una noche… y otra… y otra noche), a no preocuparme. Y he aprendido a ser feliz con sonrisas, con tus jadeos, con tu placer, con tu plática, con tu compañía, con tu “me vas a volver loca”; cada día, sin saber si mañana o pasado será igual.

Todas.

Tantas.

Preguntas de las que no quiero conocer la respuesta porque todo ha sido como tu lo dijiste: tan natural, tan bonito.

Uno aprende también, con el tiempo, que de nada sirve azotarse, que nadie está a gusto con un sufrido, que para estar bien, primero tienes que hacer sentir bien a la otra persona… y es por eso que me verás sonreir, y reir y estar contento, tanto como lo estoy ahora, justo ahora.

 

Aunque… tal vez, sólo tal vez –muy probablemente-, esté pensando en lo que será de mí cuando no estes conmigo.

 

Somebody to hold my hand
Someone who understands
Somebody to help me write
The poetry of life