hace años que…

no escribía borracho, veamos:

La flaca, el nuevo prospecto resultó malacopa. A tal nivel que en la última salida le dije “ya vámonos” y ella no quería. Ni que yo fuera quien para obligarla. La espere 5 minutos en la puerta, neceo, me salí, 5 minutos más la esperé en el coche, no salió, y entonces me fui a dormir con toda la tranquilidad de la que soy capaz. Hubo 3 llamadas perdidas una hora despúes. Es día/hora que no ha vuelto a llamar. Mejor.

Sigo sin aumento de sueldo =( Pero me puedo levantar a las 9am y estar en menos de 10 minutos en la oficina (sumar el tiempo que tardo en bañarme/vestirme/etc) y no me dicen nada ni me regresan a mi casa :D wait… =(

¿Que carajos le quieren ver a la nena con la que ando? Sí, confieso que ando en el mood “monógamo”. ¿Se me pasará?

“¿Y que onda con bety y la chaparra?” me acaban de preguntar. La chaparra me salió con un “que hicimos anoche?” y dejé de buscarla. Salí con Bety y la última vez caímos al mismo lugar donde estaba la chaparra. DUH! Incómodo. Liberador. Valemadre. Parecía que recuperaba lo perdido con bety y luego me dio… flojera? Ya no era lo mismo. Fue como encontrarse con una Danito que no quiere comprometerse a menos que la otra persona se comprometa, pero que en el fondo no quieres que la otra persona se comprometa porque no quieres compremeterte… algo así.

Y ya no tengo mas pendejadas que decir ebrio. O ya se me subió y no puedo escribir. O … zzZZZzzzzzZZZzzz…

Así es esto de las gelatinas…

Otra fiesta que se organiza en pocas horas. Me toca pasar por la china al metro y el tráfico está terrible. Al verla se me pone punki por llegar una hora después de lo acordado. Para bajarle el humor pasamos a surtirnos de cerveza y bebemos unas durante el trayecto, trayecto que dura tres horas, tres horas después de las cuales llegamos a la fiesta, fiesta que no parece fiesta porque solo hay dos viejas y dos weyes además de nosotros, platicando y bebiendo tranquilamente, sentados. Yo esperaba más concurrencia, todo se ve tan… adulto.

Los asistentes van cayendo poco a poco. A nosotros nos toca cama. ¡Albricias! Subimos a dormir, y como se hace en esos casos con la amiguita con la que llevas saliendo *cof* …

… llevabamos 15 segundos de faje  cuando intepestivamente salió de la cama y de la habitación dejándome… así nomás. Y como no me quería quedar “así nomás” bajé a enterarme

- ¿Que pasó?
- Es que… no puedo. Tengo que hablar contigo.
- Pues dime. Me sacas de onda, creí que…
- Pues, no te lo había dicho porque siempre hemos salido como amigos.
- Ay cariño, no me digas que no te lo esperabas
- No creí necesario decírtelo…
- Pues, ya dime.
- Es que… soy gay dani.
- O.o

Estoy en shock, no atino a decir nada; por la mente me pasan muchas cosas, desde el “acaso la tendré chiquita?” hasta el “chance si es gay”. Me estaba burlando de mi mismo, de la situacion, de lo inesperado.

- ¿Y entonces que fue eso?
- Me dejé llevar Dany, eramos solo dos cuerpos, perdóname.

Solo se me ocurrió quedarme callado, mirar el vaso y servirme más cerveza para seguir bebiendo. Trate de platicar de cualquier otra cosa tratando de adivinar alguna otra razón. Nada. Regresamos, ahora si, a dormir.

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“Hola. Que harás hoy por la noche. Nos vemos para festejar tu cumple? Onde quieres que me ponga el moño? =p” Y con eso le avisaba que hoy si iba por todas las canicas.

“¿Qué quieres hacer? ¿cine, bar, cena, unos six y nos vamos a tu casa?” Caímos a las clásicas y reconfortantes cervezas. Platicamos cualquier cosa, de todo y de nada, de lo que se puede platicar con quien no tienes que platicar de ‘algo’, de lo que se platica con quien no se preocupa o molesta porque la platica sea trivial, banal y simple.

“¿Le seguimos? Seguramente está abierto el bar” Jueves de bar casi vació. Mas chelas, una silla disponible en la que no quiso sentarse. Entonces yo, como cualquier caballero que se precie de serlo, me senté. Y como cualquier caballero haría, la acerqué hacia mi por su cintura. Poco después estaba probando su cuello, su oido y su boca, guardando en algun lugar de mis recuerdos su olor y la textura de sus labios.

Esa noche dormí tan tranquilo, tan reconfortado y en paz. Cuando desperté, ella ya estaba lista para irnos. La dejé en su trabajo y nos despedimos con un pequeño beso.

Me fui a trabajar sufriendo una leve cruda y con ganas de desayunar una cerveza.

Una cerveza y otro beso.