Lo que no cupo en 140

***

Llovió durante la noche y buena parte de la temprana mañana. Una de esas lluvias que arrullan el sueño.

El agua y el viento dejaron regadas por el piso las hojas de los arboles y las calles mojadas. El aire se respira fresco y limpio. Aún hay nubes grises por todo el cielo pero tambien un pequeño hueco por donde se asoma el sol iluminando todo y calentando el día.

Camino hacia la oficina, por sobre las hojas, por la humedad del piso, sintiendo el calor del sol y la frescura de la mañana. Respiro profundo.

Así me gustan los días.

***

Casi las 11 de la mañana y apenas voy al trabajo; subo al auto y conduzco solo una cuadra para detenerme en el puesto de tamales.

-Señora, buen día, ¿todavia tiene?
-Si joven, de mole y de dulce

O sea, de ninguno que me guste, eso me pasa por salir tarde de casa, pero tengo hambre por la bendita mini cruda que traigo así que necesito algo enchiloso. Ni modo, me decido

-Eeehm, ps ni modo, deme uno de mole. ¿Ya no tiene verdes ni de rajas, verdad? =(

Aqui la señora seguramente pensó algo como “¡Que no, con tres chingadas, de mole y de dulce nomás!” pero contestó amablemente:

- Uy, no joven, solo mole y dulce

Abre la tamalera, saca un tamal gordo, lo mira, abre la hoja y dice:

- Mire, es verde.
- Ah! pues deme ese =D
- Suertudo usted.

Eso me han dicho

***