Culebrón en varios episodios
I
Me la presentó su prima.
Y me gustó desde el primer día; no se si decir que es MI TIPO de mujer, es más, no creo ni siquiera tener UN SOLO TIPO de mujer. Pero me gustaron sus caderas, sus enormes ojos, su sencillez y que ya en la fiesta era un desmadre, porque, han de saber, que para un güey “aburrido” como yo una chica que te este bailando y riéndose de todo contigo cae de perlas. Dejas de ser aburrido para divertirte junto con ella
Salíamos en grupo; pasaba a casa de la chaparra, llegaba Beti o ya estaba ahí, a veces una amiga más y nos íbamos; las regresaba y me iba a mi casa. Si, ya se: miau. Un buen día se me ocurrió invitarla sólo a ella. Aceptó sin problema. Fue un fin de semana de puente; iba por Tlalpan hacia su casa pero en casi dos horas apenas avance tres estaciones del metro. Le llamé para disculparme por la tardanza y posponer todo para otro fin de semana. La verdad es que tenía muchas ganas de verte, le dije. Yo también.
La segunda oportunidad llegó. Pasé por ella y nos fuimos al Milán. Bebimos, cantamos, platicamos, y llego un momento en que la plática se acabó. Incómodos segundos en los que no se te ocurre nada para hablar. Los de al lado traian una muy buena fiesta y al siguiente momento ya estabamos brindando y cantando junto con ellos
- ¿Son novios? –nos pregunta uno de ellos
- Noo –contestamos casi al mismo tiempo
- Deberían, hacen bonita pareja
Seguimos en la fiesta, el desmadre, los drinks, los mojitos; yo ya la tengo de la mano, no nos soltamos. Se termina todo y tenemos que regresar. Salimos del bar, caminamos al coche, le abro la puerta, se sube y me acerco hasta casi besarla.
- ¿Qué haces?
- Algo de lo que tengo ganas desde hace rato
Pero ¡PAF! el momento pasó. No me atreví, soy un gallina. La miro y eso es todo. Cierro su puerta, me pendejeo por no besarla, subo y conduzco de regreso. En un alto le pregunto:
- ¿Cerró bien tu puerta?
- Ay, no sé
- Pues fíjate ¿no? es que el foqui…
- Fíjate tu
- Chingao
Me estiro recargando una mano en su asiento y con la otra cierro bien la puerta y pongo el seguro. Dice mi nombre suavemente, siento su aliento en mi oído. Me quedo congelado. ¡Gulp! ¿Qué se hace en estos casos? Regreso lentamente y me detengo junto a su boca. Apenas rozo sus labios con los míos y la miro, me esta mirando también. Nos besamos. La luz del semáforo cambia a verde. Carajo. Sigo manejando y dejo mi mano en su pierna; estoy nervioso y ella no dice nada.
Llegamos a su casa y silencio. Que incómodo, ahora qué. Visualizo los próximos 30 segundos: Le digo que me la pase muy bien y que ójala nos veamos de nuevo pronto, la besaré en la mejilla, saldrá del auto y hasta pronto. Hora de despedirse. Le digo que me la pase muy bien, me acerco para el clásico beso de despedida en la mejilla, pero NEL. Comenzamos a besarnos y ahora si, sin interrupciones…
***
…ella terminó con la blusa totalmente desabotonada y a punto de perder el pantalón, yo con una mordida en el labio que me duro dos días. Le acaricio el cabello mientras veo sus ojos, me encantan sus ojos. No lo puedo creer todavía, es mi primera salida y me acabo de dar un fajesote con la mujer que me gusta, la mujer que es prima de mi amiga de hace años (que dice que me quiere un chingo pero no afloja).
Termina de abotonarse la blusa, se medio arregla el cabello, y yo no puedo dejar de mirarla. Ahora si nos despedimos con un pequeño beso, la veo entrar a su casa y suelto un suspiro. Snif. El camino de regreso a casa manejo con una de esas enormes y estúpidas sonrisas en la cara. Todo se siente tan bien.
♫
If everything could ever feel this real forever
If anything could ever be this good again
